En el año 295 la erupción del monte Pelé diezmó la población de la isla.
En el año 600 llegaron a la isla los caribes que exterminaron a los arawaks y se asentaron en la isla donde vivieron durante los siglos posteriores.
En 1493 Colón avistó la isla lo que provocó que la región se considerase dentro de los intereses europeos. No desembarcó en ella hasta su cuarto viaje en 1502, cuando dejó varios cerdos y cabras. Sin embargo, ignoraron la isla ya que otras eran más atractivas a sus ojos.
En 1635 Pierre Belain Désnambuc desenbarcó en Martinica con unos 100 colonos Franceses. Se adentraron en la zona Noroeste que posteriormente pasó a ser llamada St Pierre.
Un año más tarde la colonia contaba ya con una población de 700 hombres que se dedicaban a la agricultura. Mercaderes franceses y extranjeros la visitaban para comprar productos exóticos como mandioca, papas, urucú, índigo, tabaco y luego cacao y algodón. Martinica se convirtió en una pequeña colonia próspera.
En 1636 Luis XIII promulgó “La traite des Noirs”, que autorizaba la captura forzosa de africanos en sus tierras natales y su transporte para trabajar a las plantaciones de caña.
La isla requería cada vez más mano de obra y los cultivos de Martinica se centraron casi en exclusiva a la caña de azúcar y al comercio de azúcar.
Los colonos (Bekes) eran campesinos atraídos por propaganda que prometía fortuna y una vida bajo el sol. Los “Voluntarios” estaban 3 años bajo el régimen de servidumbre, trabajando para su señor y tras este tiempo se les daba un trozo de tierra. Sin embargo, el clima tórrido y el trabajo duro hacía que muy pocos trabajadores sobrevivieran estos 3 años. Así que para mantener la producción era necesario el flujo permanente de inmigrantes.
A partir de aquí la creolización o interacción entre los esclavos ha sido un tema importante en la cultura de Martinica. Durante más de 200 años la esclavitud y las revueltas de los esclavos ejercieron una gran influencia en la economía y la política de la isla.
1638 fundaron otro fuerte, Fort Saint Louis, el cual en 1640 le agregaron una zanja, paredes de roca y 26 cañones.
Durante el siguiente cuarto de siglo los franceses tomaron el control de la isla.
1650 Du Parquet compró la isla. Y el padre Jacques du Tetre construyó un alambique para convertir el residuo de los molinos de caña de azúcar en melazas, el cual fue un producto de gran éxito para la exportación