EL GUAGUANCÓ
Nace a finales de S XIX, en los barrios suburbanos de la Habana y Matanzas. Teniendo como antecedente al Yambú y cogiendo elementos de la Columbia.
El Guaguancó es más dinámico que el Yambú, el canto es más fluido. Pero más lento que la columbia. Acompañado de tres tambores, un par de claves y una cajita para percutir con dos cucharas. Usando en matanzas el quinteador en sus muñecas unas marugas (sonajeros) llamadas “nkembi”.
El canto tiene una parte más extensa que el Yambú, el solista narra la historia, generalmente cosas de la vida popular, describiendo un hecho, suceso o persona. Se evidencia la influencia andaluza en los floreos e improvisaciones del cantor. Es en el Guaguancó donde encontramos la décima (estrofa de diez versos) para el relato, aunque siempre hay excepciones.
En el guaguancó es frecuente que un cantante le arrebate el canto al otro para contraponerse a lo que el primero dice, o apoyar la idea dando su propia versión.
En matanzas el guaguancó tiene dos partes: en la primera parte donde es más melódica y se canta a duo (Primo y Falsete), y otra segunda , llamada rumba del guaguancó, donde sale una pareja a bailar y alterna el solista-guía con el estribillo entonado por un coro de hombres y
mujeres.
En cuanto al baile es muy rico en expresión, con una fuerte connotación erótica y sexual. Se baila por una pareja representando el cortejo del gallo a la gallina, expresando atracción y rechazo. El desplazamiento es circular como en el Yambú, Tratando el hombre de poseer a la mujer y ella esquivándolo. Siendo movimientos extrovertidos de hombros y torso frecuentes en los hombres, intentando vacunar a su compañera; y las mujeres, con un baile más introvertido, contorneando
las caderas, hombros y pies, cubriéndose el sexo con un pañuelo, falda o con las manos. El hombre bailará alrededor de la mujer, este se desplaza más que ella. Con una separación entre bailadores de 2 – 3 metros, jugando con las distancias.
Aquí si se “Vacuna” , que es un gesto que realiza el hombre con cadera, pañuelo, mano, pie… es un gesto posesivo significando el acto sexual, en matanzas se le llama abrochar también. Su antecedente aparece en los bailes de Yuca y Macuta que trajeron las etnias del conglomerado
bantú a Cuba.
Un género muy utilizado, cantado y bailado actualmente por casi todas las orquestas y conjuntos cubanos y no cubanos pero salseros. El pueblo cubano a sido capaz de inmortalizar ese sonido, de internacionalizarlo y hacerlo famoso.